En busca de imposibles

En el difícil camino en el que se encuentra nuestro superhéroe, que no es otro, que el de la llamada "madurez", no le cuesta darse cuenta de que no es oro todo lo que reluce. Es más, casi nada de lo que reluce acaba siendo oro. Y es que no es algo sorprendente decir que vivimos en un mundo materialista en el que se le da importancia a las cosas que, al contrario de lo que dice Fito, no están detrás de la piel. La gente te sonríe pero ya no lo hace de manera gratuita. Ahora detrás de cada una de esas sonrisas se esconde un mensaje subliminal. Habrá excepciones, claro. Pero sólo las justas para confirmar la regla. "La cuestión es impresionar" o, al menos, eso dicen algunos. Otros, en cambio, se sienten incomprendidos en un mundo en el que si algo no es extraordinario no es considerado bello, en el que lo corriente nunca puede ser igual de bello. Pero Supermocho Pocho, siempre en busca de imposibles, sin romper ventanas, ni farolas, ni caras, tratará de romper conciencias equivocadas...

¿lo conseguirá?

El otro día ha llegado y les ha hablado Mocha Anna. Mañana más y mejor.

cuidado, que resvala...

A cada instante, una gran parte del mundo está a punto de casi todo. Él a punto de llamarla. Ella a punto de cogerlo. El otro pensando si debería. Aquella decidiendo si lo hace o no. Tú huyendo de quien eres. Yo tratando de ser quien soy. Malos a punto de ser buenos. Buenos a punto de hacerlo peor. Oportunidades a punto de crisis. Trabajos a punto de hacer cola. Relaciones a punto de caramelo. Infidelidades a punto de perder el número tres. Todos paralizados por no plantearse qué es lo peor que les puede pasar, o por pensar qué es lo mejor que les podría haber pasado. Mi súperhéroe está conociendo el mundo. Y se está haciendo mayor a la fuerza. Se empeña en mochar el suelo y hacer borrón y cuenta nueva. Pero aún no ha aprendido que hay cosas que por mucho que se limpien, acaban resvalando si no se dejan secar bien .

Hoy mocha Laura...y mañana será otro día

Llegando desde el asteroide B 611

Ha llegado desde muy lejos. O desde muy cerca. Nació en el país donde los pequeños grandes héroes están olvidados o a medio olvidar. Pero no importa. Sólo quiere arreglar el mundo. Y está dispuesto a ello, cueste lo que cueste. SUPERMOCHO POCHO cree en la alegría, ya que ésta, como dicen por ahí, es invencible. A lo largo de su estancia en el planeta de los sinsetidos, intentará sentir, que eso, al fin y al cabo, es lo único que (le) importa.

Bienvenido, mi súperhéroe.